Percepciones de los padres de mascotas sobre las golondrinas laboriosas en perros

Cada vez más, los dueños de mascotas quieren saber que su perro disfruta de una comida además de simplemente comerla. Si una comida se percibe como agradable, existe una mayor probabilidad de volver a comprarla.

Presentamos videos con diferentes niveles de disfrute de la alimentación de los perros (es decir, % Nariz en BowlSM) a los dueños de mascotas. Sin embargo, cuando los dueños de mascotas juzgan el “disfrute”, pueden tener expectativas diferentes sobre cómo debería responder su mascota. Un ejemplo de diferencia en las expectativas es la dificultad para tragar o empujar la barbilla al comer. Este estudio examinó más de cerca si es probable que los dueños de mascotas perciban como positiva o negativa la deglución laboriosa al describir el disfrute de una comida por parte de su perro.

DISEÑO DE ENCUESTA

Se realizaron encuestas por vídeo emparejadas en AFB International en Missouri, EE. UU. Se recogieron cincuenta y cinco respuestas a la encuesta de padres de perros. Cada participante de la encuesta vio dos videos (A y B) de un perro comiendo. Los vídeos A y B diferían en el nivel de % de nariz en el tazón, que es una medida objetiva del disfrute de la alimentación (es decir, la proporción de tiempo centrado en la comida). Tres categorías de videos emparejados A y B representaron tres niveles de diferencia en % Nose in Bowl: bajo 3%, medio 6% y alto 12%.

Categoría 1 (diferencia del 3% entre la nariz y el tazón) = Tanto el video A como el B contenían tragos difíciles. El vídeo A tenía el doble de ejemplos que el B.

Categoría 2 (diferencia del 6% entre la nariz y el tazón) = Ambos videos contenían golondrinas laboriosas, pero A tenía más del doble de ejemplos que B.

Categoría 3 (diferencia del 12 % entre la nariz y el tazón) = El video A contenía tragos difíciles, mientras que el video B no tenía ejemplos.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a categorías de videos y no sabían que el foco del estudio eran las degluciones difíciles. Después de cada visualización, se preguntó a los participantes en qué vídeo (A o B) el perro disfrutaba más de la comida. Nuestra hipótesis fue que los dueños de mascotas percibirían los videos que contenían golondrinas más laboriosas como la comida que menos disfrutaban.

RESULTADOS

Para la Categoría 1, donde se produjeron degluciones laboriosas en ambos videos y la diferencia del % de nariz en el tazón fue baja, inesperadamente, el padre de la mascota fue ligeramente más probable que asignara las degluciones laboriosas como un comportamiento positivo (Figura 2).

En la Categoría 2, las golondrinas laboriosas estuvieron presentes en ambos videos; el video A tuvo más del doble que el video B y una diferencia media en el % de nariz en el tazón. Como era de esperar, los participantes calificaron el video B con degluciones menos laboriosas como más agradable.

En la Categoría 3, las degluciones laboriosas solo estuvieron presentes en el Video A y los videos tuvieron la mayor diferencia en el % de Nariz en el Tazón. Como era de esperar, el vídeo B sin tragar con dificultad se asoció con un mayor disfrute.

CONCLUSIONES

Antes de este estudio no había una comprensión clara de cómo las degluciones laboriosas podían percibirse como parte del disfrute de la alimentación del perro. A pesar de que una pequeña parte de los participantes asociaron la deglución laboriosa como una respuesta positiva, la mayoría de nuestros participantes percibieron la deglución laboriosa en un contexto negativo, particularmente cuando las diferencias en el porcentaje de nariz en el tazón fueron del 6% o más (Categorías 2 y 3). Para los dueños de mascotas fue más difícil distinguir el disfrute cuando el porcentaje de nariz en el tazón era similar en los videos A y B, incluso cuando las degluciones difíciles ocurrían con el doble de frecuencia (Categoría 1).

El conocimiento adquirido a partir de esta mirada más cercana a las golondrinas laboriosas guiará la interpretación conductual de futuros ensayos de alimentación de que los dueños de mascotas generalmente perciben esta respuesta como una acción negativa.